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Sally Fernandez

16 de agosto del 2024

El impacto de una buena retroalimentación

El impacto de una buena retroalimentación

En el mundo de hoy, donde la información fluye y cambia a gran velocidad, es crucial detenernos un momento para reflexionar sobre cómo interactuamos con nuestros estudiantes y cómo nuestras palabras y acciones pueden impactar sobre su futuro.

La retroalimentación no es solo una herramienta de corrección, sino una poderosa guía que puede inspirar, motivar y transformar vidas. Acompáñanos en esta lectura para recordar o descubrir cómo una comunicación efectiva puede ser el catalizador del cambio que nuestras aulas necesitan.

Según John Hattie y Helen Timperley (2007) en su artículo “El poder de la retroalimentación”, esta es una de las principales influencias en el aprendizaje. Sin embargo, el tipo de retroalimentación y la forma en que se proporciona pueden tener un impacto significativamente diferente en quien la recibe. Los estudios que analizaron mostraron que la retroalimentación que contenía información sobre una tarea y sobre cómo realizarla con mayor eficacia tenía más efectos representativos. Por otro lado, los efectos más bajos estaban relacionados con elogios sin contexto, recompensas y castigos.

 

Efectividad de la Retroalimentación Educativa

En ese sentido, la efectividad de la enseñanza no solo implica compartir información proporcionando tareas en un ambiente de aprendizaje constructivo.  También implica  evaluar la comprensión de esa información transmitida y cómo ésta se conecta con los próximos conceptos a aprender. Hattie y Timperley proporcionan tres preguntas clave para ello: ¿A dónde voy?, ¿Cómo estoy yendo? y ¿Qué viene después?  Un entorno de aprendizaje ideal se produce cuando el profesor y el estudiante buscan juntos respuestas a cada una de estas preguntas.

Reconocimiento positivo

El reconocimiento positivo, es decir un elogio, es una herramienta fundamental en el aula para reforzar los comportamientos y logros de los estudiantes.  Conroy et al  (2009) nos brindan una lista de características que te permitirán hacer un elogio efectivo.

Aspectos para mejorar tu retroalimentación con los niños y niñas, centrándote en sus logros:

 

1. Ser específicos: 

Los niños y niñas necesitan saber explícitamente qué comportamiento o habilidad está siendo elogiado y reconocido por su profesora.

Por ejemplo:

“Hiciste un buen trabajo haciendo seriaciones de formas.”

“Veo que te esforzaste en llegar a un acuerdo con tu compañero para el uso de los magnetos.”

“Hoy felicito a todos los niños y niñas que llegaron del patio e ingresaron al baño a lavarse las manos y luego pintaron sus mandalas mientras esperaban a sus amigos.”

 

2. Ser inmediato:

Los niños y niñas requieren recibir esa información lo más pronto posible para que sepan que su comportamiento es valorado por su maestra.

Por ejemplo:

Cuando un grupo de niños soluciona un problema y sabes cómo ha sido el camino para llegar a una concesión, acércate tan pronto puedas y menciona: “Qué gran trabajo en equipo han hecho, vi que lograron conversar y llegar a solucionar el problema de los puentes que construyeron”.

 

3. Ser frecuente:

Proporcionar elogios de manera frecuente cuando los niños y niñas están adquiriendo una habilidad nueva es importante.  A medida que la habilidad se vuelve más familiar, los elogios pueden ser más intermitentes.

Por ejemplo:

✔ Cuando los niños y niñas se inician en el uso de tijeras, puedes acercarte a su proyecto y mencionar “Es una nueva habilidad que estás aprendiendo, estoy segura que podrás mejorar poco a poco”. Luego de varias oportunidades de práctica, continua con: “Has logrado pasar de hacer piquetes en las hojas a cortar en una línea recta, ¡excelente!”

 

4. Ser iniciado por el docente:

Es crucial que el docente inicie oportunamente los comentarios positivos, y no esperar a que el niño o niña sea quien lo solicite. En otras palabras, esperar a que un niño diga “¡Mira lo que hice!” es mucho menos efectivo que el maestro observe al niño realizando el comportamiento deseado y lo elogie inmediatamente.

 

5. Se reconozca los esfuerzos:

Los niños y niñas necesitan elogios o frases positivas enfocadas en su progreso y esfuerzo, en lugar de evaluar sus habilidades individuales o resultados. Afirmaciones como “¡Eres muy inteligente!” no son tan efectivas porque etiquetan a los niños y niñas y no proporcionan una guía clara sobre cómo mejorar.

 

6. Ser honestos:

Los niños y niñas necesitan escuchar una voz cálida, sincera y adecuada para su edad cuando escuchan a sus maestros.

 

 

Consideraciones para el aula

Finalmente, Hattie y Jaeger (1998) destacan que proporcionar y recibir retroalimentación exige gran destreza por parte de estudiantes y docentes. Subrayan la importancia de tener predisposición y entusiasmo para fomentar la autorregulación, y sugieren elegir el momento adecuado para ofrecer retroalimentación, antes de que la frustración domine a los estudiantes.

En Luminario, reconocemos la singularidad del aula, entendiendo que cada una está definida por necesidades, características e intereses particulares de cada niño y niña. Por ello, instamos a nuestros lectores y lectoras a adaptar las sugerencias presentadas en este apartado a sus realidades educativas específicas.

Para quienes deseen profundizar en este tema, les recomendamos leer los siguientes artículos disponibles en nuestro blog:

➡️ ¿Cómo llevar a cabo prácticas de retroalimentación efectivas en las aulas?🔗

➡️ ¿Cómo hacer una retroalimentación con impacto positivo en los niños?🔗

Si eres tú quien proporciona retroalimentación a un colega tras una observación en su aula, te recomendamos consultar esta lectura. Es importante considerar que el documento presenta un enfoque y contexto distintos a lo expuesto en esta entrada.

➡️ La retroalimentación: un momento de reflexión en equipo🔗

Explora cómo una retroalimentación efectiva puede transformar la experiencia educativa y fomentar el desarrollo integral de nuestros estudiantes. ¡Esperamos que encuentren enriquecedores estos recursos presentados!

 

 

Bibliografía

Conroy, M. A., Sutherland, K. S., Snyder, A., Al-Hendawi, M., & Vo, A. (2009). Creating a positive classroom atmosphere: Teachers’ use of effective praise and feedback. Virginia Commonwealth University. Recuperado de: https://www.academia.edu/122365131/Creating_a_Positive_Classroom_Atmosphere_Teachers?auto=download🔗

Hattie, J. y Timperley, Helen. (2013) The power of feedback: review of Educational Research, Vol. 77, No. 1. Recuperado de: https://www.jstor.org/stable/4624888?origin=JSTOR-pdf🔗

Hattie, J., y Jaeger, R. (1998). Assessment and classroom learning: A deductive approach. Assessment in Education, 5(1), 111-122.

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