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Tener personas haciendo observaciones de aula a veces puede ser movilizador y generar sentimientos de nerviosismo o miedo

 

Muchas veces las docentes observadas  en el aula ponemos en juicio nuestras habilidades, fortalezas pero también los errores, o las oportunidades de mejora que no logramos ver en primera instancia. Las propias maestras al ser observadas dicen: “disculpa por los errores, estaba nerviosa”, “¿cómo me fue?, ¿lo hice bien?”; mostrando sentimientos de angustia frente a la idea de que durante la retroalimentación su desempeño sea evaluado de manera negativa.

El acompañamiento pedagógico reconoce esas ideas y se hacen esfuerzos para que en cada espacio de retroalimentación se genere un ambiente cálido, de respeto, y sobre todo de trabajo en equipo.

Pero, ¿qué dice la teoría respecto a la retroalimentación?

Zan y Donegan-Ritter (2014), Jímenez (2012) y García (2012) encontraron  que la retroalimentación positiva permite a la maestra reflexionar sobre las acciones hechas durante su trabajo con los niños y niñas, este proceso hace posible que las docentes acompañadas cuestionen sus estrategias con mayor rigurosidad, llegando a una transformación de actitud, voluntad y práctica. Durante la reunión de retroalimentación se espera que la acompañante y el maestro acompañado entren en un diálogo constructivo donde ambas partes puedan abstraer lo mejor de la sesión y construir a partir de las estrategias que concordaron en mejorar.

Dentro de los componentes que se observan en las sesiones de retroalimentación consideramos:

Para tener una retroalimentación exitosa y  cálida hay elementos con los que deben llegar las acompañantes a la reunión. Sin embargo, también se espera que la maestra acompañada pueda mantener una actitud propositiva y constructiva durante la sesión.  Es un desafío para la docente, pues entra en en un proceso de “desapego” de creencias o paradigmas que tenía para ver otras propuestas o perspectivas.

De esta manera, como dice Batt (2010) “el coach actúa de mediador, es quien ayuda a los profesores a reflexionar y determinar el cambio de sus conductas cognitivas de instrucción”; el coach es una mirada extra que tiene el docente para “ver más allá”, y ayuda a calibrar tiempos, contenidos, formas, interacciones que éstos tienen con los niños.

Esto es lo que dicen nuestras Súper Profes de este momento cumbre del acompañamiento:

 

Además, rescatamos algunas citas:

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“Te ayudan a ver tus fortalezas pero también es para mejorar, no es que vienes a ver mis defectos, es para mejorar, toda la ayuda que pueda venir para mí es bienvenida porque eso también es para mis niños. Lo que más valoro del momento de la retroalimentación son las estrategias, pues me dan luces de lo que puedo hacer en el aula”.

Consuelo Bueno – IE Niño Jesús de Praga – UGEL 06

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“Es un momento que te invita a pensar en otras estrategias. Es una conversación motivadora, me hace abrir las puertas a reflexionar; si hay aspectos de mejora ese momento es cálido”.

Susy Quispe – IE Niño Jesús de Praga UGEL 06-

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La relación entre acompañante y docente tiene como principios el respeto, el trabajo en equipo y la reflexión conjunta; y también complicidad, sonrisas y afecto. ¡Todo eso es clave!

 

 

Bibliografía:

• Batt, E. (2010). Cognitive coaching: A critical phase in professional development to implement sheltered instruction. Teaching and Teacher Education, 26, 997-1005.
• García, D (2012) Acompañamiento a la práctica pedagógica. Santo Domingo: Centro Cultural Poveda.
• Jiménez, R (2012) La investigación sobre coaching en formación del profesorado: una revisión de estudios que impactan en la conciencia sobre la práctica docente. Revista de Currículum y Formación de Profesorado- Universidad de Granada Granada, España
• Zan, B., Donegan-Ritter, M. (2014). Reflecting, Coaching and Mentoring to Enhance Teacher–Child Interactions in Head Start Classrooms. Early Childhood Education Journal